lunes, 23 de mayo de 2011

Maximiliano Y Carlota

Maximiliano de Habsburgo
 
Archiduque de Austria y emperador de México (1864-1867). En 1863, el emperador francés Napoleón III le convenció para que aceptara la corona de México. Creyendo que contaba con el apoyo del pueblo, él y su esposa Carlota de Bélgica se trasladaron a México en 1864. Con el respaldo de las tropas francesas, los grupos monárquicos que lo apoyaban celebraron una Junta de Notables, proclamaron la monarquía y le ofrecieron la Corona, después de un remedo de plebiscito. Gobernó con el apoyo de los conservadores, pero no pudo sustraerse a la influencia de Napoleón III. Su política financiera resultó desastrosa. Consiguió que la mayoría de los gobiernos extranjeros restablecieran sus relaciones con México, con la sola excepción de Estados Unidos. Maximiliano fue capturado por los republicanos en Querétaro, juzgado por un consejo de guerra y fusilado en junio de 1867.


Carlota de Bélgica
 
Emperatriz de México (1864-1867). El 27 de julio de 1857 contrajo matrimonio con el archiduque de Austria Maximiliano, con quien se trasladó a Milán al ser nombrado éste gobernador de Lombardía-Venecia. Seis años más tarde, cuando los monárquicos mexicanos ofrecieron al archiduque el trono de su país, Carlota le animó a que aceptara el título de emperador, como así ocurrió en 1864. Desde entonces, participó en la política interna mexicana y, el 13 de julio de 1866, viajó a Francia para solicitar mayor ayuda militar al emperador Napoleón III, artífice del reinado de su esposo en México. Tras mostrar evidentes rasgos de locura, se dirigió al palacio de Miramar, en Trieste. En septiembre, se entrevistó con el papa Pío IX, con el objeto de aprobar un concordato con el Vaticano. El 6 de agosto de 1867, dos meses después de resultar fusilado su esposo, marchó a Bélgica, en cuyo castillo de Bouchout falleció sesenta años más tarde.

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